Carnaval o la confusión del yo
Se acerca el carnaval. Saturnales y Bacanales romanas renacidas en el decurso de la renovación de la naturaleza. Mitra y Osiris. Vida y muerte. Renacer y volver a marchitarse. Desde el folclore decimonónico podemos hacer estudios sesudos acerca de su origen, contenido e idiosincrasia. No es el caso. El carnaval es el triunfo de lo sensual, de la lujuria, del disfraz más o menos logrado, de la transformación en otro. El hombre juega al escondite con su propia personalidad buscando rincones olvidados en su memoria, de hecho, esta es cambiante, polimorfa. Máscaras venecianas, ocultación de los sentimientos y deseos, libertad desde lo anónimo, oscuridad abierta a los demás, deseo de confesarse a los otros; amar y odiar. Hoy el carnaval es sinónimo de juerga, olvidados están los ritos propiciatorios de la fecundidad de la tierra, ritos de eclosión de la vida, del eterno retorno ya vaticinado por las filosofías orientales. Hoy el carnaval es borrachera, desenfreno, exceso y pedorreta. Bueno, no está mal, ¡viva yo y el que esté a mi lado...! “Carpe diem.” Os traemos un pequeño homenaje al carnaval y al disfraz como triunfo de la confusión del yo. Quizá el protagonista del vídeo no quiera ocultar la personalidad y quiere ser un... Bueno, no lo creo, pero en la viña del Señor todo es posible, todo es nada y nada es lo de todos los días. Paz y animaros a disfrazaros o reencarnaros en flor, mariposa o cucaracha, todo es natural y en polvo te convertirás. Rafa.