Soy un primate, ¡y qué..!
Dicen que pertenezco a los antropoides, algunos piensan que soy hominoide, depende de la voluntad política del momento. No soy un mono como éste, el de abajo; me lo tomo como un insulto si me comparaís con el susodicho peludo con maquillaje incluido ya que se encuentra por debajo mía en la Teoría Evolutiva Arborescente. Dicen los científicos de la 2 que mi desarrollo craneal es más elevado; algo menor que el vuestro. Que he reducido el tamaño de mis miembros superiores, mi posición es bípeda o casi y mi dentición es más especializada, vamos, que estoy dispuesto a compartir con vosotros las medias de atún con queso de Carlos y Teresa. Somos omnívoros y esto es ya un triunfo. No soy un mono, repito, soy un primate antropoide; éste sí es un mono:
¡MAMÁ QUÉ MIEDO..!. Algo bizco, tontico, pintarrajeado y feo, vamos; de feria de barrio y patata asada con guarnición.
Me motiva pensar, porque soy racional, mucho más que algunos de vosotros, y por eso digo que no quiero evolucionar. A pesar de mi facha y careto de graciosillo, he de deciros que el mañana es mío. Como fruta y duermo en una rama, el verde es mi color, no fumo y no he necesitado ninguna ley antitabaco; no bebo aunque me coloco con la piña y el coco loco; miro desde arriba y medito rascándome la oreja con mi pulgar prensil, analizo la situación e imito al feo, osea, al mono cuando hace falta. ¿Qué más puedo pedir..? No me jubilaré a los 67 años ni tendré que decir sí a todo y a todos. Me invitarán a todas las fiestas de cumpleaños y no tendré que echarme cremas reponedoras de arrugas y patas de gallo ni pintarme las canas. Encima, siempre me dirán. ¡ Qué mono..! Deberíais bajar un escalón en la evolución y no preocuparos lo más mínimo por vuestra masa cerebral, total, nadie la entiende y dudo mucho de que la inteligencia esté en ella sino en el tamaño de vuestro estómago y en poder tocaros a cinco dedos la barriga. ¿De qué sirve mejorar la sesera cuando hay tanto bellaco suelto y no precisamente colgado de las ramas de mi adosado? Si crece vuestra inteligencia sólo vais a tener más cabeza sin pelo y serrín para carenar el peso. Adiós, voy a cenar un plátano por lo del potasio y la eliminación de líquidos. Después, dormiré la mona, perdón, con mi santa señora.